Después de tanto tiempo, un año y pocos meses para ser más exactos, aun sigo pensando en ti,abrasando mi mente contigo. Intento distraerme, intento mirar hacia otro lado, e incluso me auto-convenzo de que eres solo una ilusión a la que me encanta estar aferrada. Es tu presencia, tu forma de llegar e irte, tu esencia, la manera en la que rozar tu mano resulta ser un cóctel de cosquilleos.
Sentada en un banco tapado por un humilde árbol, bebiendo nuestra bebida predilecta, y pensando en ti. En como te odio por lo tanto que te quiero.
Ya no me queda ni esperar, ni evitarte, ni maneras para poder desatarme de ti. Todas están usadas y caducadas. Quizás me quede asumir que te quiero,y siempre lo haré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario