Son metas que nunca llegas a conseguir. Por mucho que insistas,mucho que te empeñes,nada. Ningún resultado obtendrás. Meses,semanas,días intentado alcanzar algo que parecía tan fácil, y a la vez tan difícil.
Te pones una fecha. Llegada esa fecha,te miras, y descubres que lo único que has hecho es ir hacia atrás. Piensas. Recapacitas. Y te auto-destruyes poniéndote una nueva meta. Una meta alejada a la que ya tenías. Una meta mucho peor. Y mucho más gratificante,piensas. Una meta que consideras adecuada, y que los demás no pueden llegar a concebir. Pero te da igual, es tu meta y la de nadie más.
Porque no quieres seguir con esos días en los que sales a la calle, insegura de ti misma,incomoda. En que nada te gusta. En que eventos como ir a tomar una cerveza con tus amigos lo ves inapropiado porque no eres tú. Ya no eres tú. Ya no sonríes como antes, porque estás empeñada en ese objetivo, y hasta que no lo consigas, no volverás a llorar de felicidad, si no de decepción.
Los días se vuelven negros,húmedos y pegajosos. Solo piensas en dormir y soñar con despertar y no tener esa obsesión.
Pero no. Nunca sucede.
Es exigirte,exigirte a ti misma día a día, cada vez mucho más en que no puedes seguir así. Miras a tu alrededor y solo sientes rabia y envidia. Gente que es feliz siendo como es. Gente que solo piensa en su futuro lleno de viajes,romances y dinero. ¿Y tú? Tú solo piensas en ti. En como conseguir estar como quieres y desear con fuerzas esa mañana en la que te miras al espejo y sonríes.
Que blog tan bonito que tienes :)Sigue así.
ResponderEliminarMira, te dejo mi dirección para que te pases, y si te gusta pues te invito a que me sigas!!
Un saludo!
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